domingo, 24 de julio de 2011

El Colibrí vuela libre.

19 de Julio de 2007
     Me tiemblan las piernas. El corazón, acelerado, se retuerce y sube hasta mi garganta. Quiero que aprietes mi mano, como cuando buscabas calor. Ahora es cuando alcanzas la estratosfera y yo, con pies de plomo, solo puedo verte ascender . Y no, no me conformo. desearía no haberme liberado, pude haber reprimido hasta el más profundo suspiro y el más asfixiante grito, si es que eso te hubiese mantenido cerca, pero como cobarde, no aguante y la cagué. 
     Dos veces, solo verte dos veces fueron suficientes para que tus pupilas se clavaran en mi. Fui víctima de tu mirada, como si me hubieses disparado en algún lugar vital, y por culpa de eso, ahora desangrado agonizo. Y no era más que una bala perdida. 
     Mi desahogo se pierde en el límite entre la poca cordura que me queda y el desenfreno que me posee la mayor parte del tiempo. Es difícil, me cuesta encontrar las palabras, y aún más, colocarlas de manera coherente. Es el reflejo del caos en mi interior. Y no es tu culpa, es mía, por embriagarme. 
     Y ahora estoy de rodillas, implorándole al vacío que aplaque el suplicio. Está bien, lo busqué y lo encontré. No merezco la lástima de nadie.
     Cuándo las lágrimas me ahogan y bullen en mi interior, es cuando más quiero gritar. Grito, porque me doy cuenta de lo lejos que estás, y me doy cuenta de que realmente nunca estuviste cerca.

22 de Julio del 2007   
     El insomnio me consume. El sueño definitivamente a olvidado llamarme esta noche. 
     El gris del amanecer me calma e hipnotiza. Apoyo mi mano en la ventana, no esta fría, no, no se siente en lo absoluto, la ventana no está pero aún así sigue limitándome. Caigo en cuenta de que pierdo toda sensibilidad en el cuerpo y me veo empalidecer en el leve reflejo de la ventana. Una mosca se posa del otro lado del vidrio, pareciera que se burlara de mi. El negro de la mosca se apodera de todo, no veo nada, la vista ciega y el débil sonido que hacen las ramas del abeto rojo de enfrente me llena, transformándose en una sinfonía. El mar aparece frente a mi y vuelo. Me interno mar adentro, todas las costas desaparecen y caigo. Me sumerjo. Y me asfixio.
     Será el momento de decirte adiós. 

     

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