sábado, 30 de julio de 2011

Trazos

     Me atrevo a decir, en estos momentos que la vida, si, la corta e inmutable vida que he tenido hasta ahora,  me ha dado muchas ilusiones, y por cada una otra desilusión. Me ha dado tantas alegrías, como tristezas. Me ha otorgado la capacidad de discernir y me dio el libre al vedrío. Como a todos, me arrastro a odios y olvidos. Pero más que cualquier otra cosa, me dio la capacidad de volverme loco, de gritar, de desesperarme y enamorarme. Me dio horizontes y sueños, me dio amor.
      Pero no le agradezco todo lo que me dio, sino que agradezco lo que me quito. Todas esas noches en las que no pude dormir, las lágrimas que no pude derramar, las sonrisas que tuve que evitar, los amigos que se fueron sin más, cuando me quitó el calor de un hogar, cuando me quitó los sentimientos y los anhelos. Le agradezco, y no de forma irónica, como Violeta Parra, porqué por cada cosa de la que me ha desnudado, obtuve fuerzas y gracias a ello ahora soy capaz de decir que quiero y deseo recuperarlas. Cada  una, pues poseen incalculable valor. 
     Pues me quitó la oportunidad de encontrarte, y ahora es cuando más lo deseo. Si es que acaso estás desastrosas palabras producen algún significado en tu mente, es porqué todo está bien. Es porqué aún perdura el deseo y la ansiedad nos asechará en la boca de los estómagos, ahí, donde se vuelve un nudo.
     Y ahora, cada vez que sientas que olvidas, que dejas pasar por alto, vuelve a leer estas palabras, y vuelve a encontrar el camino. Volvamos a retomarlo todo desde el principio, cuantas veces sean necesarias. 

jueves, 28 de julio de 2011

Comprendí

Comprendí, que los pensamientos siempre nos traicionan. 
Comprendí, que los deseos siempre nos traicionan.
Cuando creemos fervientemente en algo
el destino juega sus cartas en contra.


Porqué no basta la metáfora.
No basta tener la convicción.
Es vasta la llanura
Que separa el alma del corazón.


Porque nos creíamos cobijados,
nos encontramos a la intemperie.
Porque creíamos ser héroes,
nos transformamos en villanos.
Porque decidimos hacernos participes,
ahora no está en nuestras manos.


Nos arriesgamos
y nos quemamos demasiado rápido.
No nos alcanza el tiempo
y el miedo me obligó a alcanzar la eternidad.


Arrimado al macizo roble solitario,
veo desaparecer el bosque.
Y en un lecho de ramas secas,
te quiebras.


Simplemente comprendí que
estamos aprendiendo a vivir a cada respiro.
Vivimos a cada mirada,
a cada latido.


Comprendía
que tu tienes tu camino
y el mío no es tu destino. 


Comprendía,
creía comprender,
al menos hasta que el roble cayó
por su propia altanería.

miércoles, 27 de julio de 2011

El colibrí vuela libre . Recuerda, a duras penas

20 de Febrero del 2007
     Te presipitabas por la escalera el subterraneo, apresurada por los diez minutos de atraso que llevabas (lo que a mi me tenía sin cuidado). El nudo en mi garganta se aprieta. Todos mis músculos se tensan.
     El sol dibuja sus profundos ojos cafés, enmarcados por unas fascinantes pestañas. Su pelo castaño, ondulado hasta media espalda, quizá un poco desobediente, danza. La fatal combinación de tersa piel blanca con una forma única de moverse entre la gente, me deslumbra.
     La mirada que me lanza causa estragos, no es ninguna insinuación, esdirigida sin ninguna intención, pero me vuelve cautivo. Ésta es la segunda vez que nos vemos y me siento como un niño enamorado que está a punto de declarar su amor a ciegas. 
     Lo que hicimos o a donde fuimos, es irrelevante, simplemente éste día fue mágico, pues desentrañe un misterio ancestral, logré descubrir lo que ocultaban esos ojos, dolor. Dolor y más dolor, y lo sentí en carne propia. Cada palabra de su relato habría una endidura en mi pecho, hacía relucir cada error de mi pasado y me recalcaba "Te quejabas por nada, idiota". 
       "Te advierto, no sacas nada con enamorarte de mi, soy una chica sin corazón. Enamorandote de mi solo perderás tiempo, es inútil hagas lo que hagas (Bastante egocéntrica ¿No? Pero en cierto sentido tenía razón, me estaba enamorando, quizá, pero se equivocaba en eso de que no sacaría nada). He perdido todo mi interés en cualquier tipo de relación. Voy sola. Cuando te das cuenta de que sea  quién sea tu pareja, por lindo o inteligente que sea, por muy enamorada que estés, siempre terminarás pidiendo más, o tú, o él. 
<<He dejado de creer, deje que el oleaje me arrastrara mar adentro. Cuando me violarón el mundo se apapgó, no se como no me suicidé, e incluso hasta éste momento pareciera que hubiese sido lo mejor para todos. Deja esa mirada benevolente para otro momento, la lástima no me interesa, la gente la reparte en todos lados, y yo no la necesito, y me ahogo en ella. 
<<Perdí el corazón, o mejor dicho, me lo arrancarón a tirones, me apuñalarón y lo extrageron. Fui víctima de un sacrificio maya. Ahora bien, sigo en pie, pero no soy más que un zombie, como muchos muertos vivos que hoy en día deambulan por el mundo (Más de los que te imaginas....). Sólo soy carne que camina errante. De pronto me pregunto a donde habrá quedado mi condición humana, o si alguna vez llege a tenerla".
     Cuando tenía 14 años, a Natalia, aún una niña, en un mundo donde cada vez las niñas desaparecen a mas corta edad, le fue arrebatada la inocencia, en un acto que quedo impune. Mataría, en ese momento mataría. Sin ningún arma, sin ningún argumento, sin una metáfora, sin un engaño, fue obligada a arrodillarse y complacer a un desconocido que como desquiciado en sus cabales la maltrato durante más de una semana. El maldito huyó, y la maldita justicia no lo encontró jamás. 
     Pero, a pesar de la dureza de la realidad, presiento que hay algo oculto más profundo en ella. Hay otra causante de su auscencia. Alguna otro origen de su temprana senescencia, pues a los dieciocho años, cualquiera diría, por como habla, que parece de noventa. 
     Quizás se me quedaron algunos detalles. Después de tanto tiempo los recuerdos se empiezan a quebrar. Acá nose que día es, nose que año es. Solo revivo días, uno tras otro.

Coincidencias

Y sigo pensando en el milagro de encontrarte. 
Entre sueño y sueño te encuentro. sentada en tu escritorio dibujando, te encuentro concentrada en trazar una linea perfecta, en un sombreado que deje atónito. Te veo erguida y con la mirada vuelta hacia dentro, buscando minuciosamente en tu mente ¿Qué esperas encontrar?¿Un poco de inspiración? En tu cuarto te encierras, para evitar cualquier interrupción ¿Será para mi eso que haces?
Me intriga, me es difícil creer en algo como esto, pero mírame, acá estoy y nada puede evitar que sonría. Tu eres la causante de este sopor, y por culpa tuya hoy vuelvo a creer. 
Las palabras se agolpan en mi boca, quieren salir todas a como de lugar, miradas furtivas, ilusiones, deseos, cariños, abrazos, besos, azar, castillos y fortalezas, viene un río y una alta montaña, viene un mundo y un universo que consigo traen altos y bajos, vienen también lentamente una posibilidad, viene el destino y viene el amor. 
Me hablas a lo lejos, sin ninguna especie de contacto. Estás ahí, lose, y yo estoy aquí, esperando. Quieres estar cerca, lose, pero no apresures, no hay que desesperarse, pues ya te dije, sea donde sea que estés, el cielo sigue siendo el mismo. 
Ahora la calma, la tranquilidad, la paz y quietud de un alma que se va llenando de alegrías y va olvidando las amarguras, un alma triste y errante acaba de encontrar un camino, un camino construido solo para aquella alma. Solo resta hacer lo mejor posible para seguir adelante, y si no es posible, al menos podremos decir que hicimos el intento.

lunes, 25 de julio de 2011

CARA

      Tu rostro, jamás lo he visto ¿Tu piel? No, jamás he sentido su calidez ¿Tus ojos? Allí están, esperando verme cruzar por el horizonte ¿Tú, si tú, donde estás ahora? No importa donde estés.             
      ¿Qué estás haciendo? ¡¿Qué rayos haces?! ¡¿Qué rayos estoy haciendo también?! 
      Simplemente somos víctimas del azar, caímos en lugares equivocados, aunque me pregunto ¿Si no hubiese sido de esta forma, habría sido distinto? 
      Que tal si simplemente jamás nos hubiésemos cruzado, ni conocido, ni nada. Que tal si fuésemos completos desconocidos. Podríamos estar tranquilos, cada cual con sus amarguras, con sus alegrías, por mínimas que estas fuesen. Podríamos descansar y mirar tranquilamente el cielo y decir "Todo está donde debe". Podríamos, dije. De seguro, si es que acaso el destino existe, y por algún motivo se me hubiese privado saber de ti, de seguro no podría decir "esta todo donde debe" sino más bien diría "Algo me falta, no sé que es, simplemente siento un vacío". Bueno, no me gusta mucho hablar de como hubiesen sido las cosas, pues son y punto.
     Cuando me dispuse a escribirte, quería hacerlo ordenadamente, secuencialmente, pero ya ves, aquí me tienes, de cabeza en la arena comiéndome las uñas. En un enredo existencial de los grandes. 
      Tu hablas de distancia, y es bastante simple, me lo has demostrado una y otra vez, simplemente la distancia no existe cuando deseas algo de verdad. Me has enseñado muchas cosas ¿Sabes? Como por ejemplo que la realidad es muy subjetiva, jamás lograremos encajar todas sus piezas. Me enseñaste a lo que es tener realmente alguien, a pesar de que realmente no te tengo (Y aún así lo deseo).
      
      Finalizó esta carta, diciéndote cuan grande eres, y cuan fuerte eres, aunque a ratos me dejas percibir tu fragilidad, todos somos frágiles, y tu más de alguna vez vas a desfallecer, pero contarás conmigo... aunque tu sensibilidad se seque te seguiré cuidando.

"Cuando menos lo esperes, en una esquina, o en una tienda, o donde sea, te encontraras de frente con lo que soñabas, incluso aunque hayas dejado de soñar, ahí estará esperándote. Cuando dejes tus brazos caer y sientas que das tu último aliento, te daré de mi oxígeno y te llevaré a andas. Cuando digas basta, cuando quieras destruir el mundo, ya tienes a quien asestarle el primer golpe. 
Ya tienes con quién mirar a la vía láctea, y con quién oler la salinidad de una costa tropical. Ya tienes con quién apreciar una fotografía y fundirte en ella hasta que nos volvamos uno. Alguien con el que mires el horizonte y digas " Mi horizonte se acaba donde acaben los sueños", sueños que hacemos juntos.
Ya tienes a alguien dispuesto a acarrear tus culpas y hacer tu recorrido menos extenuante. Alguien que pueda hacer del mundo un lugar mejor, solo para ti.
Me tienes a mi, girando en tu dedo índice."
    



domingo, 24 de julio de 2011

El Colibrí vuela libre.

19 de Julio de 2007
     Me tiemblan las piernas. El corazón, acelerado, se retuerce y sube hasta mi garganta. Quiero que aprietes mi mano, como cuando buscabas calor. Ahora es cuando alcanzas la estratosfera y yo, con pies de plomo, solo puedo verte ascender . Y no, no me conformo. desearía no haberme liberado, pude haber reprimido hasta el más profundo suspiro y el más asfixiante grito, si es que eso te hubiese mantenido cerca, pero como cobarde, no aguante y la cagué. 
     Dos veces, solo verte dos veces fueron suficientes para que tus pupilas se clavaran en mi. Fui víctima de tu mirada, como si me hubieses disparado en algún lugar vital, y por culpa de eso, ahora desangrado agonizo. Y no era más que una bala perdida. 
     Mi desahogo se pierde en el límite entre la poca cordura que me queda y el desenfreno que me posee la mayor parte del tiempo. Es difícil, me cuesta encontrar las palabras, y aún más, colocarlas de manera coherente. Es el reflejo del caos en mi interior. Y no es tu culpa, es mía, por embriagarme. 
     Y ahora estoy de rodillas, implorándole al vacío que aplaque el suplicio. Está bien, lo busqué y lo encontré. No merezco la lástima de nadie.
     Cuándo las lágrimas me ahogan y bullen en mi interior, es cuando más quiero gritar. Grito, porque me doy cuenta de lo lejos que estás, y me doy cuenta de que realmente nunca estuviste cerca.

22 de Julio del 2007   
     El insomnio me consume. El sueño definitivamente a olvidado llamarme esta noche. 
     El gris del amanecer me calma e hipnotiza. Apoyo mi mano en la ventana, no esta fría, no, no se siente en lo absoluto, la ventana no está pero aún así sigue limitándome. Caigo en cuenta de que pierdo toda sensibilidad en el cuerpo y me veo empalidecer en el leve reflejo de la ventana. Una mosca se posa del otro lado del vidrio, pareciera que se burlara de mi. El negro de la mosca se apodera de todo, no veo nada, la vista ciega y el débil sonido que hacen las ramas del abeto rojo de enfrente me llena, transformándose en una sinfonía. El mar aparece frente a mi y vuelo. Me interno mar adentro, todas las costas desaparecen y caigo. Me sumerjo. Y me asfixio.
     Será el momento de decirte adiós. 

     

sábado, 23 de julio de 2011

Cielo rojo acuarela

Como un pintor realza sus cuadros con ávidos o tristes colores, las palabras colorean la infinidad de mi mundo. Incluso hasta lo inefable tiene su propio adjetivo.

      Pintando un cálido beso, con un anaranjado que se convierte en suave rojo a medida que el pincel asciende por el lienzo. Un abrazo apretado dibujado a grafito, difuminándolo hasta los bordes, extendido hasta el infinito. Con azul oscuro, casi negro, pintamos esas lágrimas que se desbordan hacia el interior, aquellas que nunca caen, pues esas, son las que valen.  
     Quiero transformarme en un cuadro en grises, con luminiscencias y sombras, propias de cada uno. Pero no pretendo ser eterno, más bien me gustaría ser pasajero. No quiero ser interpretado ni criticado. Quiero ser un cuadro cómo el que adorna una pieza, como el que cuelga sobre la pared de una armoniosa casa. Quiero que me veas y digas "Rayos, este cuadro no es una obra maestra, pero valió la pena conseguirlo", aquél quiero ser yo.

     Me propongo una tarea, quizás no la lograré. Publicaré partes de una especie de "novela" que estoy creando. No es de lo mejor, y aunque hago pretensión de falsa modestia, me agradaría que la leyeran. 

     Gracias, si, gracias por ser quién eres y por ser quién logró despertarme nuevamente. Querida, eres increíble.    


Malgastando Tiempo

¿Y quién podrá detenerme ahora? 
      Entendiendo la infinidad de posibilidad que pueden ser vislumbradas ¿Cómo elegir el camino correcto? Ahora, con muchos sueños sobre los hombros, me ilusiono.
Emprendo un camino nuevo, una ruta inesperada que estaba oculta tras la maleza, con la apariencia de no haber sido recorrida por ningún ser humano en mucho tiempo. Doy el primer paso temeroso y me interno. Ya no queda vuelta atrás. Son tres las opciones que tengo: me arrepentiré, me acostumbraré o será lo que siempre he deseado.
      Ya no, no quiero volver. Nadie sabe lo que le espera en el horizonte. Solo soñamos con lo que queremos encontrar.