viernes, 25 de noviembre de 2011

Recalcitrante

Atracción.
Enamoramiento.
Amor.

Acercarse es difícil entre tanto cortinaje.
En laberinto se convierte la búsqueda
por mediar una sonrisa,
por lanzar una brisa.
Tres semanas pasaron
y eternos suspiros callaron.
Fue coincidencia, una coincidencia
a conciencia, y con incidencia
de atracción quedada,
de cierta alucinación apaciguada
con contadas ganas,
Mundo en común,
Reflexión común,
Era la misma solución, en común,
Como un todo vacío
Echó líos.

El sentido lo hizo ver claro,
y la motivación arder quiso.
Eufemisticamente podriamos decir
que es la forma en que las aves
se lanzan desde el cielo,
es el salto al vacío que sin querer damos,
sin incitarnos (y no podemos culparnos)
al mar arrojamos las llaves.

Altivos y cautivos nos vuelve.
y sin entender porqués.
Sin dejar de ser un personaje inefable,
intachable y hasta adorable,
atados de manos nos deja
y así volar nos permite.

Atado a tu mano me encuentro,
contrario a cualquier juramento,
libre nos deja realizar nuestros sueños.
Ese amor no es solo nuestro,
es el mundo el que nos permite quererlo.
Abrazados entre espinas
y con frío envuelto,
nuestros mejores deseos se aferran
al fulgor de nuestros cuerpos.

No quiero dejar de soñarte.

No quiero dejar de imaginar
como sería el camino
que juntos tomaríamos.
Desde una charla,
hasta un vestido.
Desde un pijama,
hasta un insignificante beso en la frente.
Desde un cuaderno de hojas negras,
hasta un corazón negro como el mío.

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