27 de Marzo del 2007
Natalia:
No se si podrás apreciar el poder de una carta, o quizá no seas una de esas chicas que aprecie este tipo de cosas. Si te escribo, créeme, no es para hacer ningún tipo de petición ni nada, eso si te advierto, es una carta de amor, y si estimas inconveniente, puedes desecharla en este preciso instante.
Bien, si decidiste continuar leyendo, podría decir que de alguna manera, por mínima que sea, te intereso.
Las cartas suelen hacerse para pedir cosas, para contarle a un amigo parte de tu existencia, o para advertirle a alguien que le extrañas, pero las únicas cartas que no tienen un verdadero fin realmente, más que deseos de felicidad, son estas, las de amor. Siempre he dicho que si envías una carta con encontrados sentimientos, si algo pretendes conseguir de su destinatario, en ese momento, deja de ser de amor. Esta es la primera vez que redacto una.
¿Estás bien? Dicen que Inglaterra es un poco desabrido, sin mucho color, en resumidas cuentas, un lugar aburrido. Me preocupa ¿Encajaras en un lugar como ese? Sé que solo es temporal y sera mientras terminas tu doble titulación, pero aún con eso, dos años pueden ser eternos. Espero que tu convicción no se eche abajo con todos esos formalismos a los que estarás sujeta y de los que, de alguna forma u otra, dependerá tu futuro más próximo.
¡Obtendré este semestre mi título! (esperemos), ya que arreglé esos problemas que tenía con el ramo de biorreactores, así que definitivamente me titulo. Ah, otra cosa, estoy planeando hacer mis vacaciones por allá, en el condado de Wiltshire, sabes que siempre he querido ir a visitar las ruinas de Stonehenge, y ésta es mi oportunidad. Así que si quieres, podrías acompañarme, iré para el 10 de Julio, planeo quedarme unas dos semanas.
No me quiero extender mucho más, pero entenderá señorita, que tengo miedo de que no alcance a verte, y tu mejor que cualquier otra, sabes que la vida en cualquier esquina puede darnos una sorpresa, y no estoy dispuesto a correr esos riesgos. Siempre te ha molestado eso de mi, que me gusta planear todo, pero simplemente no quiero dejar cosas al azar, pues, como ya te dije, no quiero ser sorprendido. Pero te prometo una cosa, cuando baje del avión en Londres , dejaré de ser el precavido, silencioso y estoico parásito con el que estas acostumbrada a tratar.
Te diría 'me despido con un beso', pero preferiría decir 'despídeme con un beso, elocuente y fraccionado en mil partes', pero ninguna me convence, así que mejor... Cuídate, y recuerda que a pesar de que muchas de las estrella que vemos ya estén probablemente muertas, han brillado allí por eones, y tu no tienes porque ser la excepción.
Pd: Dile a Felipe que a pesar de que ya haya decidido su posición hacía mi, no deseo ser rencoroso, y aunque de cierta forma, se que al decir esto soy un maldito hipócrita, le deseo lo mejor, aunque sea por él que tu estas allá.
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