miércoles, 28 de septiembre de 2011

¿Acaso, serás Consciente?

Y no encuentro sosiego ni desahogo,
ni si quiera efímera calma o cruda desesperación.
Me meso sobre un limbo de engaños,
sobre papel color asfalto.

Vestida de días demás
y sobrantes noches estrepitosas,
se cierne la idea, la cruel idea,
doblegándome, obligándome,
sobre papel color azul cielo. 

Inertes lineas que bailaron alguna vez
yacen rectas sobre la cárcel que sobre mi yerguen
estas ideas vanas, insalubres.
¿Y en la consciencia tendrá presente
que por culpa suya
soy todo lo que ahora ven?

Un escéptico,
un insensible,
un rencoroso,
un amedrentador de almas y 
por sobre todo,
un desahuciado, 
como quién es consciente de su vulnerabilidad.

Y la culpa es de ella,
de aquella que choco contra mi 
en estridentes explosiones,
quien me empujo a la orilla de este mundo
en un frenesí de emociones,
de ella, que alimento la catarsis,
de un alma incolora a la que por sobre cualquiera
le hizo conocer la máxima felicidad.

Y aquí me encuentro en una caja
tambaleándome sobre la realidad sin mayor sentido.
He de seguir, aunque solo sea para morir.
He de vivir, para decir que valió la pena,
que el paso del tiempo no es superfluo,
que es una historia para contar.
He de vivir el resto de mis días sabiendo
que podría ser el último paso que daré.
Pero que sepas que eres tu
quien me cambio irremediablemente.

Eternamente, mi gran amor. 

lunes, 19 de septiembre de 2011

¿Olvidarte? Jamás.

    Oh, como podría.

     Llegaste a la puerta de mi casa como quién, perdido, busca un dirección, pero no, me encontraste justo ahí, sin nada entre las manos. Te invité a pasar, de forma demasiado torpe (hasta para mi). Estaba estupefacto. Entre las miles de personas que podrían tocar la puerta eras precisamente tu, precisamente ahora. Nosé porque, nosé como, terminamos en mi habitación, sentados sobre la misma cama, tan cerca. Nunca lo había imaginado de esta forma. No me resistí a tomar tu mano, tu piel tan delicada, tan suave... me estremece. Nos escondemos bajo las tapas, para ocultarnos del tiempo, para no preocuparnos de las horas. Mi frente encuentra la tuya en esa reconfortante oscuridad y te siento respirar, y el tibio aire que exhalas me reconforta de sobremanera. Te recubro con mi brazo y te apegas más a mi, esto es solo nuestro, de nadie más. Pasas tu índice por sobre mi mejilla hasta la comisura de mis labios. Juego con un mechón de tus cabellos y  en un mismo instante me detengo... y te detienes, incluso nuestros respiros se hacen sumamente leves.  Es tuyo, todo esto es tuyo, todo lo que soy es tuyo. No sabría decirte cuanto fue que estuvimos de esa forma, pero desearía que hubiese sido siempre. Sus labios, oh, sus benditos labios se apoderaron de todo pensamiento, de toda emoción. Es como si fuera la primera vez que besara, la primera y última, todo junto, en un mar de especulaciones. Te separas un poco de mi y veo tus ojos oscuros que se cierran. Te imito y me limito a quedarme allí, percibiendo tu cuerpo junto al mio. 'Vine para quedarme, y si llegase a irme, volveré' me susurraste casi sollozando, te enredaste en mi cuello '...Siempre volveré'.

     Te desvaneces y despierto. Maldita sea, era otro sueño, en el único lugar en el que te encuentro. Pero nunca, nunca había tenido un sueño como este, de entre tantos, nunca uno en el que todas las sensaciones fueran reales. Me encuentro despierto, en la misma posición que me encontraba abrazandote en el sueño. Y es cuando veo tu mensaje 'Creo que si, si me olvidaste querido'.

     Dímelo ¿Cómo podría olvidarte? Si hasta en las cosas mas mínimas te encuentro, en las cosas insignificantes de la rutina te apareces para volverlas maravillosas. Te encuentro en 64 llamadas perdidas de un juego, en cada árbol que veo, en cada canto de las aves. Te encuentro en el cielo estrellado y en los confines del inexplicable universo. Te encuentro entre mis planes, en mis metas y en mis sueños mas inalcanzables. Te encuentro además entre todos esos papeles sobre mi escritorio. Te encuentro si pienso con el corazón o si pienso con la razón. No, no hay lugar que no me lleve hasta ti ¿Y tú crees que podría olvidarte? Dímelo ¿Cómo podría olvidarte?
      Como se me hacen lentas las horas en este insomnio. 
     Eres única, irreemplazable e irrepetible, no quiero decir inalcanzable, pues no quiero resignarme a ello. Tu, cara de bondadozos colores, de dulces amores, serás para siempre, mi único y verdadero amor. Serás para siempre mi musa de devosión, mi amiga de grandes secretos, mi amor platónico y mi ángel de eterno resplandor.
      Antes de acabar, quiero que plantemos un árbol. Plantémoslo y cuidémoslo. Alimentemonos de sus frutos año tras año. Aferremonos a ese árbol cuando la tormenta nos quiera arrancar. Pero creo equivocarme ¿No existe ese árbol ya? Si, y es enorme. Cuantas tormentas no ha pasado, y sigue intacto, creciendo recto hacía el cielo sin límites. Crece y se eleva se eleva, pero sus raíces son tan profundas que nadie puede echarlo abajo. Y ya nada puede talarlo, nada puede sacarlo, alimentado por nuestra voluntad se ha echo fuerte como niunguno. Y con raices tan profundas ¿Crees que podría olvidarlo?

 Ese es el árbol del 'Te amo', nuestro árbol.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Esfumar

    ¿Cómo explicar lo inexplicable? 

      Ya no habrá momentos para ponerse a reflexionar, menos para volar. Se agota el tiempo, siento una presión sobre el pecho que se vuelve insoportable. 
      ¡Oh! Desaparecer, que magnífico. Volverse aire en el olvido, ser invisible para los ojos de quienes añoran. Desaparecer, al compás de una romántica canción. No es amargura, solo será soledad y tranquilidad. 
      Ya mañana la neblina lo cubrirá todo, y simplemente se volverá humo, humo de un barco a vapor en mitad del Atlántico. 
     No es mucho lo que puedo contarte ahora, no es mucho lo que podamos entender ahora, jamás erá mucho para nosotros. Solo dejaré de ser. Dejaré de ser, para estar. Para estar corriendo junto a ti, tengo que dejar de ser para conocerte como un alma nueva, como un alma renovada, como yo sin cicatrices ni miedos, como tú, con tu firmeza y confusión.
     Ahora pregunto yo ¿Qué esperas? ¿Hasta cuando esperas? 

viernes, 9 de septiembre de 2011

¡Amigo!

     ¿Recuerdas a esos amigos de la infancia? ¿Con los qué te peleabas y como si no se pudiese evitar, seguían siendo los mejores? Crecieron juntos, sin recordar que tarde o temprano se tendrían que separar. 
      Crecieron en la misma ciudad, en el mismo colegio. Se enamoraron perdidamente de la misma chica ¿Recuerdas? Pero eso solo los unió más. Cuantos problemas no pasaron. Cuantas alegrías no tuvieron juntos, disfrutando de los más míseros juegos, perdiendo cientos de horas en cosas inútiles. Eran hermanos, hermanos de verdad, de esos que se cubrían, de esos que se culpaban en vez del otro. 
     Quizás sobren las palabras, quizás te rías y cosas, pero no, quiero dejar un recuerdo, quiero dejar esa impresión que tengo ahora, cuando me doy cuenta de lo efímero que es la vida, de las vueltas inesperadas que da, de esos destinos divergentes que se proponen. Algún día, lejos de aquí, tal ves ya no estemos, no estés tú, o yo. Por eso, amigo, hoy quiero decirte, que los mejores años de mi vida fueron esos de jugarretas. 
     ¡Oh Amigo! Porqué tuvimos que transformarnos en esto, mira que ya no se puede ser feliz sin miedo, no se puede vivir en paz, no puedes odiar sin rencores. Que no daría por volver a aquellos tiempos. Eres mi amigo, del alma, y cuando creas que no hay nadie, cuando te desmorones en medio de tu propia cárcel, yo te recogeré y sé que tu me recogerás a mi, sin importar motivos, sin escatimar en razones o excusas. 
     Eres mi amigo,el que molesta, el que te da su hombro, el que te regaña y entiende. Eres quién se consume en su propia locura, siempre buscando explicaciones '¡Maldito racionalista!' te digo, ahora vives de las sensaciones y de la incertidumbre. 
     Amigo, te conozco, sé quién eres y sé que no puedo colocarlo sobre una hoja, pero tu sabes que te conozco. Y sé que te estás preguntando para que rayos escribo todo esto (que lo más probable no tenga el menor sentido), escribo para decirte que no te olvidaré nunca, que seré tu castigo eterno y jamás podrás librarte de mi. Lo siento, pero es cierto. 
     Amigo, jamás te hartes de la vida, porque la vida te traerá muchas más cosas de las que esperas. Amigo, trasciende y elévate, que tu puedes crecer más alto que nadie.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Como duele darse cuenta de lo poco que has avanzado. Que lo que creías no era cierto. ¡Bien! Ahora resultará más pesado, tendré que esforzarme el doble ¿Y? Pues a ello.

Pues comenzará.
Terminará.
Día tras día,
como el sol que no cansa
de ponerse en el horizonte del mar.
Oyes el llamado de
esos imposibles manjares,
te revuelcas, pues recuerdas lo inalcanzables que son.
Vamos ¿Cuando te has quejado por ello?
Y por más magullado que estés
no te cansas,
no cesas de correr,
de correr a esa pared con las puertas pintadas.
Y aún así,
te sientes tranquilo.
Y aún así,
No pierdes la vitalidad.
Y aún extenuado,
te mantienes firme, inexpresivo.
Techo, suelo. 
Penumbra, sonrisas. 
Y más allá el atardecer.
 Ángel de las mil plumas
vuela y regálame una lágrima
igual que él fénix en el que te convertirás.
Renacerás , de las cenizas consumido.